El endurecimiento de la política migratoria de Estados Unidos obliga a los emigrantes mexicanos a usar rutas cada vez más peligrosas en la búsqueda por vías ilegales del sueño americano, empeño en el que cada año centenares de personas dejan la vida.

Con unos carteles con leyendas como "No vale la pena" y mapas sobre los puntos de mayor riesgo, la organización humanitaria Humane Borders trata de salvar vidas de los viajeros indocumentados que se aventuran en el desierto de Arizona, Estados Unidos.

La organización ha ampliado su campo de trabajo. De colocar depósitos de agua (más de setenta) y donar ropa y alimentos a los viajeros, a colocar mapas con advertencias de riesgo.

Algunos grupos contrarios a la inmigración creen que la acción alienta la presencia de trabajadores indocumentados, pero fuentes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México afirman que esta acción "puede salvar vidas".

Los mapas que coloca en puntos clave y distribuye entre quienes emprenden la aventura son documentos públicos, y no una "guía del emigrante".

Los mensajes son claros "No vayas, es peligroso... No vale la pena...", indican informantes de la CNDH que conocen a fondo el programa humanitario de la organización no gubernamental estadounidense.

Son carteles que advierten sobre "puntos rojos, donde más muertes se han registrado", afirman. "No es un mapa para migrar, no es una guía que especifique carreteras de acceso preventivo".

Las cifras oficiales que se conocen en México son dramáticas, en 2005 murieron a lo largo de los más de 3.000 kilómetros de frontera más de 500 personas. En la zona que atiende la ONG fallecieron más de 200, muchas por deshidratación de gente que se aventuró en el desierto y cayó víctima del calor en el día y el intenso frío en la noche, en una región donde los cuerpos suelen ser devorados por animales salvajes como los coyotes.

Según ha explicado el presidente de la organización, Robin Hoover, porque "muchos inmigrantes desconocen la magnitud del desierto, creen que sólo tendrán que caminar entre dos y tres horas".

A ellos están destinados los mensajes de "No hay bastante agua" y "No vale la pena", y los mapas les señalan lugares donde han muerto indocumentados, así como los puntos donde están depósitos de agua potable de la ONG e incluso puestos de rescate de la Policía Fronteriza.

La sugerencia de la organización a los emigrantes es que no crucen la frontera de mayo a agosto. Les pide que lo hagan acompañados de personas que conozcan la región, además de llevar agua y vestir adecuadamente para la travesía.

Esta acción humanitaria se lanza en momentos de tensión en el tema de la inmigración irregular. La pretensión de Estados Unidos de criminalizar a los trabajadores indocumentados, construir un muro en distintos puntos de la frontera, así como el impulsar un acuerdo de empleo temporal para emigrantes, pero sin conceder una amnistía a los irregulares, decisión que ha incomodado a la sociedad mexicana en su conjunto.

A pesar de la situación, la emigración no ha disminuido, ni parece que vaya a hacerlo.

Lo que ha hecho el endurecimiento de la frontera es mover los flujos a lugares por donde pasar implica un verdadero peligro de muerte, según aseguran la Comisión Nacional de Derechos Humanos, y de protección a viajeros indocumentados.

El año pasado, según las estadísticas oficiales, cruzaron la frontera más de 500.000 mexicanos, cerca del 20% más que en 2004, y también murieron más en el intento.