El especialista en sexología Juan José Moles, expone que los principios de conocer, manejar, reconocer y relacionar, son claves para tener un desempeño sexual exitoso.
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No se trata de demostrar sus habilidades en lógica matemática mientras la acaricia, tampoco necesita recitarle de memoria pasajes del Popol Vuh mientras besa las orejas de él, no es eso.
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Porque la inteligencia emocional poco tiene que ver con el coeficiente intelectual, la memoria y el conocimiento.
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Pero sí se relaciona con "la capacidad y habilidad de reconocer estados afectivos tanto en uno mismo como en otras personas con el fin de permitir la expresión conductual".
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Tan sencillo como conocer y manifestar sus sentimientos, comunicarlos y entender los del otro. Eso sí que tiene que ver con el sexo.
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La definición es del sexólogo Juan José Moles, presente en el XII Congreso Venezolano de Sexología que se realizó en Caracas. Destacó el especialista que con la aplicación de los principios de la inteligencia emocional se puede, sin duda, ser mejor amante.
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Pongamos el caso de Ricardo: "Él se considera un as en la cama, puede lograr varios orgasmos en una sola jornada, lo que sorprende a la mayor parte de sus amigos cuando les cuenta en el bar al salir de la oficina".
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Sin embargo, dos de sus ex novias tienen otra opinión y lo comentan en casa de una amiga (las mujeres también hablan de estas cosas). Coinciden que Ricardo es un gimnasta, pero está poco motivado por complacerlas. "Sólo le interesa exhibirse", indica una de ellas que ahora está encantada con su nueva pareja, de la cual dice: "Es menos equilibrista y morboso, pero mucho más auténtico".
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"El ser humano es más que una máquina sexual, es una entidad biosicosocial. No somos animales cuya sexualidad está controlada por instintos y fines estrictamente reproductivos."
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"Los seres humanos buscamos el placer y las conductas que no están generalizadas a la especie, con la sexualidad compartida damos rienda suelta a nuestra inteligencia y la satisfacción no es sólo física, es incluso intelectual", dice Moles.
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Sostiene que los cuatro principios de la inteligencia emocional son; conocer, manejar, reconocer y relacionar. "Conocer las emociones para poder manejarlas y así reconocer las de otras personas, para poder relacionarnos con ellas".
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El decálogo del sexo
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Identifique su estado emocional previo a la relación sexual. Si hay un estado antagónico al placer trate de buscar un manejo que distraiga, pues es importante que la emoción básica sea el placer y no otra cosa.
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Observe cuáles son las formas que le son placenteras en cuanto a gusto, tacto, vista, olfato, etcétera. Estas son individuales.
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Fantasee sobre las relaciones sexuales que ha tenido para afianzarlas conjuntamente. Regodéese pensando en esas relaciones y también con lo que va a hacer en futuras ocasiones.
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Exprese afecto sin usar frases estereotipadas. Son preferibles aquéllas que se sientan de verdad, así sean sencillas. Suena mejor, "me gustas mucho" dicho con ganas, que "te amo" sin convicción.
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Utilice el lenguaje verbal como el gestual.
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Aunque es bueno mantener los ojos cerrados para la concentración durante el acto, intercale con miradas al otro, lo que le permitirá reconocer qué está sintiendo la otra persona durante la relación.
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Si identifica en su pareja alguna emoción negativa como tristeza o angustia, no la alimente, no pregunte "¿Qué té pasa?". Expresarle afecto positivo para que distraiga esas sensaciones por ejemplo dígale, "Me encanta tu cuerpo".
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Expréssele lo que le gusta de la relación, y si hay algo que no le gusta hágaselo saber en un momento más adecuado. Si alguien es muy brusco al besar, en vez de criticarlo, dígale: "Qué rico es cuando me besas suavecito".
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Manifieste sus fantasías y planifique el modus operandi.
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Si algo no funciona en la relación sexual, háblelo de forma descriptiva sin hacer acusaciones y burlas.
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El sexo para Moles tiene un importante carácter recreativo que "no sólo da satisfacciones biológicas sino sicológicas". Destaca que para ser buen amante, hay que ser "claro, coherente y veraz al mostrar los sentimientos".
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