Con el mayor despliegue de fuegos artificiales en la historia de la capital china, Pekín recibió este domingo el Año del Perro. Año Nuevo Chino 4704 que según el calendario lunar comenzó a medianoche.
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Durante horas, juegos de luces surcaron el cielo de Pekín, donde el sonido de los cohetes parecía no tener fin, hasta que el humo negro quedó pendiendo sobre la ciudad.
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La razón del estruendo es que para esta celebración se levantó una prohibición que rigió durante 12 años y que impidió usar cohetes en la metrópolis de 15 millones de habitantes.
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Levantado el veto, este año los reportes de prensa dicen que se alcanzaron las mayores ventas históricas de fuegos artificiales, triplicando el volumen de lo que se vendió en el último año en que hubo fuegos artificiales, en 1993.
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Y la prohibición se levantó a lo grande, cada cliente estaba autorizado a comprar hasta 30 kilogramos de fuegos de artificio.
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Para la celebración familiar más importante del país, cientos de millones de chinos viajaron a la República Popular donde durante al menos una semana se paralizan las actividades.
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Los fuegos artificiales son en China una tradición verdaderamente ancestral. Se cree que los cohetes fueron inventados en ese país hace 20 siglos, y según el diario británico The Guardian, durante muchos siglos las flores de fuego y los bambúes explosivos se han usado para alejar a los espíritus malignos y atraer a los buenos.
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Con un cierto alivio, los chinos despidieron al más bien desafortunado Año del Gallo, durante el cual se expandió la gripe aviar en amplias zonas del país y se extendió a Europa, entre otros lugares.
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En esta ocasión, el Año del Perro está signado por el elemento fuego, que simboliza calidez, luz y apertura. El último año del perro de fuego fue en 1946, que coincidió con el primer año de paz tras la Segunda Guerra Mundial y la primera sesión de Naciones Unidas.
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Para 2006 se pronostica más paz y armonía. La tradición popular le asigna al Año del Perro de fuego un fuerte sentido de justicia, además de lealtad, sinceridad, una actitud alerta y valiente.
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Acorde a las creencias, se les atribuyen estas cualidades a las personas nacidas en los años 1934, 1946, 1958, 1970, 1982 y 1994.
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Entre los "perros" famosos figuran Bill Clinton, Konrad Adenauer, Claudia Schiffer, Bertolt Brecht, Albert Einstein, Elvis Presley, Michael Jackson, Cher, Jennifer López, André Agassi y Ernest Hemingway.
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El recién iniciado podría ser un año de todos contra todos, pero los conflictos podrían apaciguarse en el año del perro si la vigilancia canina no se transforma en ansiedad y paranoia, dijeron adivinos chinos.
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La economía global tendrá buen desempeño a pesar de las rotaciones al comienzo del año lunar, el 29 de enero. Pero si está buscando un gran aumento en los mercados de acciones, podría estar ladrándole al árbol equivocado.
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Hay que estar atento a enfermedades que podrían implicar al ganado o a los pulmones, sobre todo en Occidente. Sequías e incendios también podrían ser un problema.
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"Este año veremos menos guerras intensas, al igual que desastres naturales y conflictos internacionales, en comparación con el año pasado".
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El año pasado fue turbulento, porque los elementos madera y metal chocaron. Este año será representado por una combinación más armónica de fuego y tierra. "Veremos que las cosas vuelven a ser normales y tendremos un año menos intenso".
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Podríamos ver más desastres relacionados al clima y a la tierra, al igual que en el año del gallo, como los huracanes que golpearon a Nueva Orleans o el terremoto que sacudió a Pakistán en octubre, dijeron los adivinos.
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Un factor de intriga en la ecuación geopolítica es que el presidente de Estados Unidos George W. Bush nació en 1946, un año del perro. Para Bush y su esposa, Laura, también nacida en un año del perro, este año estará lleno de "debate y preocupación", dijo la astróloga Shelly Wu desde California.
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"Es un año para construir lealtad, es un año para construir relaciones que superarán la barrera del tiempo".
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Podría ser un buen año para tener hijos.
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"No es un año de búsquedas frívolas. El perro toma su forma de ser demasiado en serio".
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DPA
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