En Tijuana el comercio sexual es práctica común. El turismo y la atmósfera de desenfreno lo llevaron a tal auge que se ha hecho necesaria su regulación.
-
Llegó a la clínica al mediodía, con lentes de sol que le cubrían los ojos y una gorra de béisbol inclinada hacia el frente. Aferraba un pequeño libro rosa con su fotografía engrapada dentro. Las fechas para sus exámenes de detección de enfermedades venéreas estaban impresas con sellos de varios colores, como un pasaporte.
-
Su nombre es Olga, y como miles de mujeres más en esta ciudad, trabaja como sexoservidora, reclutando clientes en un bar de desnudistas. En estos días, sin embargo, a menos que se someta a exámenes cada mes en una clínica del gobierno y tenga los sellos correctos en su carnet, la policía la arrestará.
-
"No se puede trabajar sin él", dijo, pasando su dedo por la lista de fechas y anotaciones que dicen "VIH negativo". "Si no lo tienes, la policía te arresta y tienes que pagar una multa".
-
Los exámenes son una de las medidas que esta ciudad ha adoptado para regular la prostitución, que ha florecido aquí durante décadas.
-
El Consejo Municipal aprobó recientemente una ley que requiere que las sexoservidoras activas de la ciudad —actualmente cinco mil se sometan a pruebas cada mes— pasen por exámenes médicos mensualmente para detectar enfermedades de transmisión sexual, y obliga a los propietarios de burdeles a adoptar prácticas más higiénicas. Quienes no cumplan enfrentan multas severas y la pérdida de sus licencias de operación.
-
La ciudad también ha empezado a emitir nuevas credenciales a las sexoservidoras para reemplazar los antiguos carnets rosas. Las nuevas licencias parecen una tarjeta de crédito con fotografía. Una banda magnética en la parte posterior permite a los inspectores sanitarios con escaners portátiles verificar la condición médica de la portadora en segundos.
-
"Si una persona está infectada en el momento en que leen la credencial, aparecerá una luz roja que indica que no puede trabajar", dijo el doctor Manuel Mayor Noriega, quien dirige la clínica de salud municipal para las sexoservidoras.
-
La atmósfera galante
-
Aunque aún hay leyes contra la prostitución en los reglamentos, el comercio sexual ha sido desde hace tiempo parte de la atmósfera del centro de Tijuana, una ciudad que floreció durante la prohibición al alcohol en Estados Unidos en torno de bares, casinos, burdeles e hipódromos.
-
Mujeres en atuendos diminutos vagan a todas horas frente a bares y hoteles de la avenida Coahuila, el distrito de zona roja en la parte norte de la ciudad, tentando a los hombres que han cruzado la cercana frontera hacia los hoteles baratos, los salones de masajes y los cabarets.
-
Martha Montejano, concejal municipal que promovió la nueva ley en nombre del alcalde Jorge Hank Rhon, dijo que la ciudad ha legalizado el comercio sexual para toda intención y propósito con la esperanza de detener la propagación de enfermedades.
-
"Sería imposible deshacerse o evitar la prostitución. Esta iniciativa protege a los clientes así como a las mujeres", apuntó.
-
En cierto sentido, los funcionarios municipales aquí están tratando de tener más control sobre un sistema riesgoso e informal que se había desarrollado en las últimas dos décadas.
-
En los años 80, funcionarios sanitarios municipales crearon una clínica en La Coahuila. Empezaron a registrar a las sexoservidoras, instándolas a someterse a exámenes regulares y emitiendo los carnets rosas.
-
Pero la aplicación de las recomendaciones de los funcionarios sanitarios era laxa en el mejor de los casos, y aunque los inspectores podían retirar el carnet a una sexoservidora, carecían de influencia legal sobre los propietarios de cabarets y hoteles.
-
Los propietarios de los burdeles, los salones de masajes y los clubes de desnudistas a menudo pagaban a los inspectores para que se hicieran de la vista gorda si sus trabajadoras carecían de credenciales, dijeron funcionarios municipales.
-
Una medida de la magnitud del problema que enfrentan los funcionarios de salud pública es que más de ocho mil mujeres y hombres que se han registrado como practicantes de la prostitución desde que el sistema empezó han dejado de acudir a la clínica municipal, admitió Noriega.
-
Es poco claro cuántos dejaron de operar y cuántos simplemente decidieron no pagar ya los exámenes. Noriega indicó que la incidencia de SIDA en las mujeres registradas en la clínica es muy baja, con sólo tres casos detectados en lo que va del año.
-
Todos eran de mujeres que habían llegado de otras ciudades y estaban buscando una credencial para trabajar. La incidencia de sífilis y gonorrea es similarmente pequeña, pues se han descubierto menos de cinco casos de cada una este año, dijo.
-
Pero funcionarios de salud en Baja California dicen que hay evidencia preliminar de que la tasa de infección de VIH podría ser mucho más alta, especialmente entre las sexoservidoras que también son usuarias de drogas intravenosas, y muchas de ellas no están registradas ante las autoridades municipales. Un estudio de la incidencia del VIH en sexoservidoras será completado el año próximo.
-
Entre mariachis, narcos y trabajadoras sexuales
-
Las sexoservidoras callejeras son parte de la escena en Tijuana, al igual que los mariachis, que también se sitúan en las esquinas en busca de clientes.
-
El comercio sexual es tan claramente aceptado que en una tarde reciente agentes policiales arrestaron a varios vendedores de droga mientras decenas de sexoservidoras ofrecían sus servicios a plena luz del día en las proximidades.
-
Posteriormente, algunos agentes policiales advirtieron a un reportero y un fotógrafo que no fotografiaran a las mujeres enfrente del club de desnudistas El Corral. "Es para proteger sus identidades", explicó un agente.
-
El esfuerzo por hacer más estricta la regulación de la prostitución fue impulsado por los propietarios de los 236 cabarets y bares turísticos de la ciudad, muchos de los cuales emplean a mujeres como bailarinas eróticas. La mayoría de las sexoservidoras consiguen clientes en estos clubes nocturnos, pagan al propietario del club una cuota y luego los llevan a hoteles locales.
-
"Como propietarios de estos negocios, siempre nos preocupa que nuestros clientes regresen", dijo César Sánchez, presidente de la asociación de dueños de bares y cabarets. "Nuestro interés principal es que nuestros clientes no se infecten".
-
Marías Magdalenas, una organización de trabajadoras sexuales, también apoyó las nuevas regulaciones, considerándolas una forma de seguro que podría ayudar a sus miembros a evitar enfermarse.
-
Las reglas, por ejemplo, requieren que los propietarios de hoteles ofrezcan a las sexoservidoras cubrir los muebles con plástico, desinfectar las habitaciones y cambiar las sábanas regularmente. La ciudad ha cerrado al menos 18 salones de masajes y burdeles por violaciones desde que entraron en vigor las normas en agosto.
-
Un jugoso negocio
-
Sin embargo, las medidas pudieran no hacer nada para cambiar la fealdad general del trabajo, ni la paga miserable que dicta el mercado, dijeron varias trabajadoras sexuales. Las mujeres treintañeras que trabajan en los clubes más antiguos dijeron que sólo pueden cobrar a sus clientes entre 20 y 30 dólares por acto sexual.
-
Mujeres más jóvenes dijeron que podían pedir un precio más alto, especialmente aquellas que trabajan en bares de desnudistas en avenida Revolución y otras partes de la ciudad que atraen a turistas estadounidenses. Algunas dijeron que podían ganar tres mil dólares a la semana.
-
Fue el atractivo de esa cantidad de dinero lo que trajo recientemente a Coral Gutiérrez, de 22 años, a Tijuana desde Veracruz. Salió de la clínica de salud municipal una tarde reciente, sosteniendo aún una bolita de algodón en su brazo, donde un médico le había extraído sangre para una prueba de VIH.
-
Dijo que ganaba un salario muy pequeño como mesera en una cafetería en Veracruz, pero ahora ganaba más de 100 dólares diarios en el comercio sexual aquí. "Es bueno someterse a los exámenes —dijo—. No sólo por nuestra salud, sino por la de todos los demás".
-
El doctor Jorge Alvelais dirige una clínica en el hospital estatal, donde están disponibles pruebas gratuitas para detectar el VIH. Estimó que, según datos preliminares, entre 10 y 12% de las personas en el comercio sexual que acuden a su clínica dan un resultado positivo.
-
Olga, quien pidió que no se usara su apellido, dijo que el temor del virus pende sobre ella constantemente. Su casa está en Monterrey pero viene a Tijuana una semana cada mes. El dinero que gana como sexoservidora lo destina a sostener a sus padres y un hermano menor.
-
"Haré esto por año y medio, dos años, y se acabó", dijo mientras entraba a la clínica para someterse a una prueba de detección de SIDA. "A nadie le gusta esto".
-
236 cabarets y bares turísticos impulsaron la regulación del comercio sexual.
-
18 salones de masajes y burdeles han sido cerrados por violar las nuevas normativas de sanidad.
-
12 % de las sexoservidoras que acuden a la clínica estatal dan resultado positivo en la detección de VIH.
-
3 mil dólares a la semana llegan a ganar la trabajadora sexual joven.
-
5 mil sexoservidoras se someten a pruebas de enfermedades venéreas cada mes.
-
8 mil mujeres y hombres que se han registrado como practicantes de la prostitución han dejado de hacerse exámenes.
-
"Seria imposible deshacerse o evitar la prostitución. Esta iniciativa (de regulación de comercio sexual) protege a los clientes así como a las mujeres". Martha Montejano Concejal Municipal.
-
"Haré esto por año y medio, dos años, y se acabo. A nadie le gusta esto". Olga sexoservidora.
-
"Si una persona esta infectada en el momento en que lee la credencial aparecerá una luz roja que indica que no puede trabajar". Coral Gutiérrez trabajadora sexual.
-
Por James C.McKinley Jr.
The New York Times News Service / Periódico Excélsior México
31-03-2006
-