No te quejes de tu trabajo, hay muchos que no están contentos con lo que hacen y se quejan de sus empleos, tener que levantarse temprano, desafiar el tráfico para llegar a la oficina, y lidiar con el estrés contribuyen a su molestia laboral. Pero si comparas estas "minúsculas" dificultades con el trabajo que hacen algunos, quizás te sentirás "mejor" cuando tu jefe te pida permanecer un rato más trabajando en la oficina. Hay personas que realizan los "trabajos sucios" de la sociedad, se desempeñan en los empleos que nadie quiere por ser desagradables, aburridos y hasta peligrosos. Aquí puedes ver algunos trabajos que probablemente jamás querrás hacer...

Los que dan asco y nadie quiere…

Cena de mosquitos:
Para estudiar la malaria, uno de los males que más víctimas se cobran en el mundo, los científicos necesitan conocer el comportamiento de los mosquitos que la transmiten. El problema es que éstos raramente se dejan atrapar, a menos que el investigador se ofrezca como "merienda" y esté dispuesto a dejarse picar. Eso lo hizo el biólogo brasileño Helge Zieler dos veces por semana, se sentaba para que los voraces insectos se posaran a en su piel, ahí los aspiraba con un tubo dotado de un filtro que impedía que le llegaran a la boca. Zieler llegó a capturar así a 500 ejemplares en un día. Lo malo fue que, después de más de 3 mil picaduras, contrajo la enfermedad.
Revisador de estómagos: Con el fin de estudiar el funcionamiento del sistema digestivo de los rumiantes, se emplea un método donde se abre un agujero, mediante cirugía, en el estómago de una vaca viva. Según Dan Sehnert, de la Universidad de California, así se pueden probar nuevos aditivos alimenticios para el ganado, y se obtienen datos sobre el papel de las enzimas en la digestión animal. La incisión se practica en la parte del tracto digestivo donde el alimento fermenta y deja las tripas del animal en el aire, para que los jugos gástricos y la comida no se derramen, la fisura se cierra con un tapón de plástico. Luego, cuando quieren analizar el alimento, los investigadores sacan el tapón, introducen la mano en el estómago y toman una muestra.
Cupidos del Establo: La inseminación artificial es clave en la mejora genética del ganado y para la reproducción de caballos de raza. Pero para realizarla hace falta estimular al macho con el fin de obtener su esperma.
Existen tres métodos: La electroeyaculación, que consiste en aplicar electrodos en la zona rectal cuando el animal está anestesiado; la estimulación manual, un sistema que consiste en frotar su órgano sexual hasta provocar la eyaculación, y la vagina artificial, el más práctico y el que da mejores resultados con los toros y los caballos. Se trata de un tubo cilíndrico con una funda de látex que imita la vagina de la vaca o de la yegua y un recipiente donde se recoge el semen... Esta, por supuesto, no es una tarea fácil. El encargado debe acercar el macho a una hembra en celo para provocar una falsa monta que lo excite al macho. Luego, con cuidado, el obrero debe introducir el pene en la vagina artificial hasta lograr la eyaculación. Los estimuladores corren el riesgo de ser lastimados durante el proceso. Mientras un técnico sujeta al toro o al caballo con sogas, otro se acerca con la vagina artificial que imita a la hembra para recoger el semen. Por otro lado, los que se dedican a esta profesión se jactan de discreción y respetan la privacidad de los animales, pues casi nunca divulgan los detalles de su trabajo.
Analistas de excrementos: En los años 80, Tracy Wilking, de la Universidad Politécnica de Virginia, y su colega David Lyverly se dedicaron al estudio de la bacteria que provoca la diarrea por uso de antibióticos, para eso, analizaron miles de muestras de heces de personas afectadas por la enfermedad. La tarea les apasionó tanto que decidieron fundar una empresa llamada Techlab dedicada a la preparación de productos para análisis de heces. En la actualidad trabajan en ella 40 personas, de las cuales 19 emplean su jornada abriendo cajas con materia fecal y analizando su contenido. No son los únicos que se dedican a analizar excrementos. Sandro Lovari, de la Universidad de Siena, recoge las heces fecales de animales salvajes difíciles de ver para analizarlas en el laboratorio y estudiar su dieta.
Preparadores del último adiós: Tan pronto la persona muere, el cuerpo empieza a descomponerse. Por eso, para los que prefieren velorios, es necesario que sus restos sean embalsamados para preservarlos. Es ahí donde entra en función el embalsamador. Esta profesión, si bien desagrada a muchos (debido a que involucra trabajar con muertos), requiere de gran preparación. Estos expertos funerarios se encargan de extraer los órganos del fallecido, lavarlo, afeitarlo, cortarle las uñas, arreglarle el pelo y maquillarlo. Cuando la persona muere en un accidente, se ocupan de reconstruirle el rostro. Por eso, en ocasiones, más que muertos, los protagonistas en las funerarias son "obras de arte".
Limpiadores de Cadáveres: Cuando vemos los animales disecados en los museos, siempre aparecen perfectamente limpios. Sin los taxidermistas eso no sería posible. Pues se ocupan en devolver a los ejemplares que reciben, a veces en estado de descomposición, un aspecto presentable. Cada embalsamador tiene su técnica, Robert Jones, de la Universidad de Berkeley, usa insectos para que se coman los restos de los animales hasta dejar sólo la piel y los huesos. En la Universidad de Copenhague, Jeppe Mohl mete delfines muertos en tanques y deja que la descomposición siga su curso. Y hay quien hierve los restos, aunque el olor puede ser espantoso ya que desprenden gases tóxicos.
Identificador de pollos: Este es un trabajo que requiere habilidad y precisión, pues consiste en identificar el sexo de los pollos, y separar los machos de las hembras, ¿pero por qué es eso difícil?. Todos los pollos machos tienen pene, pero también lo tienen el 15 por ciento de las gallinas. Por eso un buen identificador debe mostrar su destreza diferenciando los penes femeninos de los masculinos. Este trabajo se paga bastante bien, entre 400 y 700 dólares diarios, por lo difícil que es conseguir a alguien capacitado, y es que la demanda está, los estadounidenses consumen 6 mil millones de pollos y sin un "identificador calificado" la producción se vendría al suelo.
Contadores de peces: En algunos ríos de Estados Unidos, las represas construidas han alterado el ciclo de los peces que remontan su curso para desovar. Aquí es donde entran en acción los contadores de peces, cuyo trabajo, aburridísimo pero importante, sirve para controlar la evolución de las poblaciones fluviales y fijar las vedas a las que capturas. Entre abril y octubre los "contadores" se sientan a la vera del río durante ocho horas para contar salmones que van remontando la corriente, cada vez que pasa un pez, aprietan un botón en su contador electrónico. ¿Lo más apasionante? Cuando aparece una trucha o un ejemplar de otra especie, los obliga a pulsar un botón diferente.
Laboratoristas Desafiantes: Cada vez que se propaga una epidemia de algún virus terrible y mortal, como el Ebola que hizo estragos en Uganda en 2000, unos cuantos científicos se ven obligados a arriesgar su vida entrando en contacto con el foco infeccioso. Para eso, se visten con unos trajes especiales y se internan en laboratorios de máxima seguridad, donde traspasan diversas cámaras hasta llegar a la zona donde se guardan los virus y bacterias más letales del planeta. Su trabajo, sin duda, es impresionante y arriesgado, pero quienes de verdad se juegan la vida son los supervisores de estos laboratorios, que con frecuencia se internan allí para revisar los equipos con el fin de limpiarlos y comprobar que los habitáculos están en condiciones.
Explorador de las Estrellas: Acariciar el cosmos es el sueño de muchos en la Tierra, pero la profesión de astronauta no es tan glamorosa como muchos imaginan, aparte de los peligros que corren para desafiar la gravedad y llegar a las estrellas, durante las misiones - sobre todo durante la fase de despegue y aterrizaje - los astronautas se ven obligados a utilizar pañales y llevar una sonda rectal para satisfacer sus necesidades. Muchos astronautas aseguran que debido a la falta de gravedad, ir al baño en el espacio es "toda una aventura". Por otro lado, y como parte del entrenamiento, tienen que sentarse en una cámara de centrifugado para estudiar las náuseas que produce el movimiento.
Atrapa excrementos: Pero además de extasiarse contemplando el cosmos, los astronautas a veces realizan tareas engorrosas, incómodas e incluso, poco gratas. La misión espacial más desagradable le tocó a Norm Thagard, el primer astronauta estadounidense que viajó a la estación Mir en 1995 a bordo del laboratorio Spacelab 3. Como parte de sus responsabilidades estaba limpiar las jaulas de los animales, cuando abría las celdillas "volaban" los excrementos de las 24 ratas y dos monos a bordo, el aire era expulsado al exterior y con él todo su contenido, causando una frenética persecución de heces por toda la nave.
Técnicos de aislamiento: Los viajes espaciales son como "hacer una gira durante meses con toda la familia sin poder bajarse del auto", según el psicólogo Marc Shepanek, del equipo de médicos de NASA, la convivencia obligatoria en un espacio pequeño y cerrado durante mucho tiempo es sin duda uno de los inconvenientes, sin embargo, hay personas que sufren de aislamiento en tierra firme. Son los ingenieros de la NASA encargados de probar las cámaras de aislamiento, el encierro forzoso ha dado lugar a momentos violentos como cuando un técnico ruso pasado de tragos intentó abusar de su colega canadiense Judith Lapierre, en 1999.
Bañador de Perros: Muchos, sobretodo los amantes a los animales, pensarían que este no es un trabajo desagradable, incluso, dirían que bañar "su" perro es algo que disfrutan, el problema radica, cuando toca bañar un perro ajeno, que no te conoce, y que está asustado, además de exponerte a recibir una mordida - y la inyección antirrábica que le sigue -, ganar entre 8 y 10 dólares la hora en la parte trasera de un pet shop (en la mayoría de los casos sin ventanas) es una profesión que desencanta a largo plazo. El trabajo de "bañador de perro" involucra también caminar a los perros para que hagan sus necesidades, atenderlos como reyes y limpiar sus heces del suelo cuando terminan. Por eso este es uno de los tantos trabajos que dan asco...
Sherpa o guía de montañas: Este es un trabajo poco común que solo puede desarrollarse en la cordillera de los Himalayas. No obstante, está en esta lista debido a lo arriesgado y poco remunerado que es, el trabajo involucra acompañar y cargar el equipaje de los alpinistas que se aventuran a explorar las elevadas montañas del Tíbet y Nepal, a parte de desafiar alturas superiores a los 27 mil pies con pesadas mochilas en sus espaldas, los sherpas tienen que preparar el campamento en la noche, cocinarle al excursionista que le contrató y, al final recogerlo todo y preparar la expedición del día siguiente. Lo peor es reciben un salario de entre 7 y 10 dólares al día.
Doble de Saddam Hussein: Este trabajo perdió vigencia tras la captura del ex dictador iraquí en diciembre de 2003, pero Estados Unidos ha documentado que en la cima de su régimen Hussein utilizaba dobles que hacían apariciones públicas, el ex general supuestamente le pagaba a sus dobles alrededor de 200 dólares diarios y también tenía actores que interpretaban el papel de sus hijos, Uday y Qussay. Pero Hussein no es la única figura que ha usado dobles. Hay agencias que se dedican a contratar talentos para disfrazarse de personalidades de la política y el espectáculo.El único requisito, parecerse a un famoso...

Trabajos peligrosos

Ser leñador no es fácil en ninguna parte del mundo y en Estados Unidos mucho menos. Según los últimos datos del Buró de Estadísticas Laborales, el promedio de mortalidad es de 118 personas por cada 100 mil trabajadores y por esta razón es considerado el trabajo más peligroso en este país.
Los pescadores ocupan el segundo puesto, en cuanto a peligrosidad laboral se refiere. El promedio de mortalidad en esta profesión es de 71 trabajadores por cada 100 mil. Esto sin contar que la embarcación sufra un accidente o la amenaza de un hambriento tiburón. La industria pesquera de cangrejo en Alaska es particularmente peligrosa ya que en invierno tiene las peores condiciones ambientales del planeta a esto súmale que están a cientos de millas de distancia de casa, las tormentas marinas y el hielo que se forma por todas partes que puede voltear el barco.
Piloto aviador, Aunque volar es sinónimo de vacaciones y placer, para los pilotos es su día a día, y esta profesión ocupa el tercer lugar en la lista de los trabajos más peligrosos, según estadísticas, 70 de cada 100 mil aviadores mueren en esta profesión. En Alaska son los que más peligro corren, 1 de cada 8 pilotos tiene la posibilidad de morir durante sus 30 años de carrera.
Los trabajadores de la construcción, aunque paga buenos salarios, las personas que trabajan con estructuras metálicas y acero, mueren en un porcentaje de 58 por cada 100 mil empleados. A pesar de ser una profesión bien pagada (20 dólares por hora, aproximadamente) sus riesgos no compensan el ganar un buen salario.
Ser vendedor tienes riesgo de morir en tu trabajo, aunque te parezca extraño, están en el quinto puesto en cuanto a peligrosidad laboral, los vendedores que tienen que manejar, esto de estar horas y horas metido en un carro y tener que llegar a tiempo a una cita cuando la cola de carros es interminable no es cualquier cosa. Los accidentes de tránsito son su principal causa de mortalidad, además de los robos y los asaltos.
Arreglar techos es un trabajo no apto para aquellos que sufren de vértigo y no por nada está en la lista de los más peligrosos. Con un sueldo promedio de 16 dólares por hora, de cada 100 mil techadores mueren aproximadamente 37.
Instaladores eléctricos no se quedan atrás, aunque ganan bien, 21 dólares por hora, sus riesgos, además de electrocutarse, incluyen quemaduras y caídas de altas torres eléctricas, entre otros, de cada 100 mil mueren en promedio 32 por accidentes relacionados con este electrizante empleo.
Trabajadores de granja, si pensabas que trabajar en granjas no corrían peligro, malas noticias, esta profesión también está entre las más riesgosas de Estados Unidos, lo peor de todo es que su pago no es el mejor, en promedio estos trabajadores ganan 8.5 por hora.
Empleados de la construcción, en especial aquellos que trabajan construyendo rascacielos y puentes, ponen su vida en peligro cada día, las caídas de altas alturas son una de las principales causas de mortalidad, en promedio, cada 28 de cada 100 mil trabajadores murieron el año pasado en esta profesión.
Los conductores de camión son los empleados que más han muerto en su puesto de trabajo, esta profesión se ubica en el puesto 10 por la cantidad de camiones que hay, la mayor causa de mortalidad son los accidentes de tránsito. Los camioneros están bajo intensa presión permanentemente ya que entre más rápido viajen alrededor del país más dinero ganarán.. generalmente son empleados independientes que ganan según la cantidad de trabajo que realicen.