La línea 12 del Metro y un nuevo Metrobus costaran 4 mil millones de dólares.

Televisiones para los vagones del metro, costaran 900 mil dólares.

Red de fibra óptica para toda la ciudad costara mil 800 millones de dólares.

Y no tener que pedir autorización al Congreso para endeudarse sin límite... ¡no tiene precio!


Acelerar las obras que anuncia Marcelo Ebrard suena muy bien, si no fuera porque crecerá descomunalmente el endeudamiento del Distrito Federal sin que nadie pueda controlar al Jefe de Gobierno.

Lo que sucede es que el gobierno capitalino no lo llama "deuda" sino "financiamiento", y aparentemente no hay quien fije topes, ni supervise el uso del dinero, ni le exija cuentas, y eso lo dicen los propios perredistas, sus supuestos correligionarios.

Hasta hace poco el PRD acusaba al Gobierno Federal de esconder gran parte de la deuda pública en los “Proyectos de Infraestructura con Impacto Diferido en el Registro del Gasto”, mejor conocidos como “Pidiregas”.

Pero no hay que ser genio en economía para saber que los esquemas de financiamiento que quiere aplicar Ebrard es la versión “chilanga” de los “Pidiregas”.

Habrá que ver si los perredistas se mantienen en lo dicho y le advierten a su “carnal Marcelo” el riesgo que representa su despilfarro que compromete aun más las deterioradas finanzas de la capital, a sus habitantes y a los que vengan a gobernar el Distrito Federal después de él...

EL SILENCIO NO ES NEGOCIO


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