El resultado de las internas en el Partido Acción Nacional donde eligieron a su candidato presidencial, Felipe Calderón, recibió todo tipo de elogios por la victoria ante el que por años se presentó como el puntero, y no falta quien le acredite los sucesivos triunfos a una suerte de "milagro" en la política electoral mexicana.

Las aspiraciones presidenciales de Calderón resistieron duras presiones del propio PAN y del gobierno federal, lo cierto es que su triunfo en las internas de Acción Nacional están lejos de ser un "milagro" de la política mexicana.

En política los "milagros" no existen y los triunfos se construyen con depurada táctica y estrategia, no sólo de imagen y popularidad mediática. Esa es la primera gran lección que para el PAN y los partidos en general deja el triunfo de Felipe Calderón.

Desde que en julio de 2000 donde ganó con Vicente Fox la Presidencia de la República y desde que Santiago Creel Miranda se enfilo como el sucesor "oficial y oficioso" del gobierno de la alternancia, el entonces diputado federal y ex presidente del PAN, Felipe Calderón, se propuso alcanzar el poder para su partido, poder del que ese partido había sido despojado. Pocos apostaron por Calderón en esos tiempos en que Vicente Fox era como el héroe de la alternancia y creador del nacimiento de la democracia.

Desde la fracción parlamentaria del PAN, Felipe Calderón trabajo duro para reconstruir las estructuras y los vasos comunicantes que habían sido destruidos por el arrollador "fenómeno Fox" y por la estructura paralela llamada "Amigos de Fox".

Calderón había vivido en carne propia la desmedida ambición de poder, la enfermedad del presidencialismo que empujó al "fenómeno Fox" y que le arrebató al PAN la candidatura presidencial de 2000. Felipe Calderón fue echado de la dirigencia por el asalto que opero desde la extrema derecha Luis Felipe Bravo, que cobijo el triunfo de Vicente Fox y la derrota del PRI.

Durante años, siempre con bajo perfil y alejado del glamour del poder, Calderón restableció el tejido del entramado de militantes que habían sido despojados de una lucha de más de medio siglo por alcanzar el poder. Mientras que Santiago Creel Miranda, el adelantado candidato oficial, se regodeaba en las alturas del poder, en la popularidad de las favorables encuestas, descuidando lo fundamental, la eficacia del ejercicio del poder.

La primer derrota de Santiago Creel y primer triunfo de Felipe Calderón se produce en abril de 2004, cuando el recién estrenado Secretario de Energía ganó para su causa los votos para que el CEN de Acción Nacional aprobara el Programa de Acción Política para las elecciones de 2006. Y todos se preguntaran que tiene eso de raro, pues que con el apoyo de la mayoría de los consejeros del partido, se echó abajo la propuesta de Santiago Creel para que las elecciones internas se realizaran entre la población abierta. Es decir, se aprobó que sólo pudieran participar en la elección del candidato presidencial del PAN los 267 mil militantes registrados y los 800 mil adherentes.

En aquella fecha se produjo la más significativa señal política en la carrera presidencial de ese partido. Los grupos de Felipe Calderón y Carlos Medina Plasencia se unieron para cerrar el paso a Santiago Creel. Al dejar la selección del candidato presidencial a los militantes y adherentes, sé cerro la posibilidad de que se repitiera el "fenómeno Fox", que el candidato presidencial fuera elegido más por su popularidad y por la imagen, que por sus capacidades, por su proyecto político, y por su compromiso partidista. Así le cerraron el paso a Creel.

El triunfo de Calderón fue de tal magnitud que en mayo de 2004, el presidente Fox decidió cerrarle el paso de manera personal a Felipe, que entonces era Secretario de Energía, y había recibido el apoyo del gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, en un evento publico. Evento del que Fox dijo; "Fue más que imprudente, resultó fuera de lugar". Felipe Calderón presenta su renuncia a la Secretaría de Energía, y queda claro que el enojo del Presidente tenia origen en la pérdida del control en la sucesión sexenal dentro del PAN.
Pero no todo estaba perdido para Felipe, es mas, ganó perdiendo, sabe que la reprimenda presidencial lo convierte en algo parecido al "mártir del foxismo", lo que podrá llevarlo a una posición más elevada en las preferencias electorales del panismo. Se deshace del lastre del cuestionado gobierno de Fox, se convierte en una alternativa real al interior del PAN y juega libremente todas sus cartas, ganó perdiendo.

En julio de 2004 renuncia Alfonso Durazo como secretario particular y vocero de Fox, en medio del escándalo que intentaba impulsar a la esposa del Presidente a la sucesión presidencial, lo que favoreció la campaña externa de Calderón.

En octubre de ese mismo año se consolidó la alianza contra Creel, aparecieron juntos Felipe Calderón, Carlos Medina Plasencia y Francisco Barrio, los tres y sus consejeros aprobaron el reglamento de elecciones, rechazando la propuesta de Creel para elegir en una sola jornada nacional al candidato presidencial. Se acordó que fueran tres internas, y que la suma de 50% más uno de los votos, en las tres elecciones, dieran al ganador.

La alianza Calderón-Medina-Barrio se preparó para hacerse de la dirigencia del PAN, y en febrero de 2005 todo estaba listo para que el presidente fuera Carlos Medina Plasencia, quien había renunciado a la precandidatura presidencial. Pero aparecieron nuevamente las manos de Vicente Fox y Marta Sahagún. Bajo durisimas presiones al Consejo Nacional impusieron a Manuel Espino como presidente del partido, claro, él era gente de Santiago Creel.

Esa imposición, más los fatales errores de Santiago Creel como Secretario de Gobernación, destacando el escándalo de los permisos para casas de juego a Televisa, y otros mas, fortalecieron a Felipe Calderón, cuyo triunfo no es más que el rechazo al asalto al poder que significó el gobierno Fox al mismo PAN.

Felipe Calderón ya ganó arroyando la interna de su partido, veremos si tiene posibilidades en la constitucional.