La revista France Football le entrego del Balón de Oro 2005, premio que le reconoce como el mejor futbolista de las ligas europeas y del mundo. Ronaldinho logró el galardón con los 225 votos otorgados por los corresponsales de la revista en todo el mundo.

A lo largo de la historia los amantes del fútbol hemos podido comprobar que Brasil, en calidad de creador y exportador de "cracks", no tiene la mínima comparación con el resto de países dedicados a la producción de grandes figuras.
Década tras década la productiva cantera brasileña nos ha obsequiado con genios que han marcado el devenir y la senda balompédica. En el camino encontramos nombres de la talla de Pelé, Tostao, Garrincha, Zico, Ronaldo o Romario. A todos ellos les une un denominador común; "El arte".

Este aspecto es lo que ha diferenciado a los jugadores brasileños del resto de los "mortales futbolísticos". En definitiva, y aprovechando que se trata de un término muy recurrente entre los supuestos analistas y especialistas deportivos, podríamos afirmar que todos estos ases son jugadores diferentes, simplemente "diferentes".
Frente a la frialdad, el orden táctico y la fuerza que caracterizan al jugador europeo, nos encontramos con jugadores que apuestan por el espectáculo, la técnica, el buen hacer y la estética. Jugadores que juegan para el público que paga una entrada deseando que sacien en la cancha sus deseos más anhelados. Y en ello, la estirpe brasileña nos a dado un esteta que colma las necesidades de todo buen aficionado. Hablo de Ronaldinho, de nadie más.
En él resiente clásico frente al Real Madrid, consiguió hacer lo que solo hace un grande. Después de su fascinante exhibición, y contra todo pronóstico el público que abarrotaba el estadio Santiago Bernabéu se puso en pie para rendir homenaje al jugador que está llamado a marcar una época.
Ronaldinho con su magia y eterna sonrisa, es un jugador especial, un genio que ha conseguido poner de acuerdo a todo el mundo futbolístico. A jóvenes y mayores, a blancos y azulgranas, a verdes, rojos y amarillos.

Pelé y Maradona, siempre en desacuerdo, han olvidado viejas rencillas y han rendido pleitesía a esta máquina perfecta de hacer fútbol. Ronaldinho ha hermanado a todos aquellos que amamos el fútbol y lo concebimos como arte.

La revista France Football le ha hecho entrega del Balón de Oro 2005, premio que le reconoce como el mejor futbolista de las ligas europeas, y, en definitiva, como el mejor jugador del mundo. De este modo se rinde tributo al espectáculo, la magia, el gol, la velocidad, la improvisación, la técnica, la precisión y la entrega a su oficio.

Este jugador consiguió hacer resurgir el imperio Barcelonista, y está llamado a establecer un reinado sin límite, alcanzando el lugar de los elegidos, el lugar en el que se hallan solo los grandes de verdad.