Toluca conquistó ayer el octavo título de su historia al vencer por 3-0 (6-3, global) al Monterrey, en el partido de vuelta de la final del Torneo Apertura 2005 del fútbol mexicano disputado en el Estadio Tecnológico de la capital neoleonesa.
El conjunto mexiquense ocupa el trono que dejó vacante el América, campeón del Clausura 2005, luego de ser eliminado en cuartos de final por Tigres de la UANL de manera sorpresiva.
"Diablos Rojos" se convierte en el equipo con más títulos obtenidos desde que se implementaron los torneos cortos con cuatro, seguido de Pachuca con tres, lo que lo convierte en el conjunto más productivo. Además de un subcampeonato en el Invierno 2000.
El equipo del Estado de México se mete al selecto grupo de clubes con más campeonatos obtenidos, solamente por abajo de Guadalajara y América que tienen 10, y empatado con el Cruz Azul, que cuenta con ocho.

Marco Antonio Rodríguez fiel a su estilo protagónico expulso a tres jugadores de Monterrey y sentencio el partido matando el espectáculo.

Es inaceptable, en todos los partidos este arbitro de FIFA quiera ser la estrella, por encima de jugadores y el mismísimo Gol. Ya es hora de que la Federación Mexicana lo ponga en su lugar, ya que la Comisión de Arbitraje no lo hace.

En el partido de ida el arbitro Gilberto Alcalá con su inconsistente timidez cometió errores pero nunca mato el espectáculo que implica una final.

Esperaremos la reacción de los involucrados pero "la védete Rodríguez" debe ser sancionado severamente por su deleznable protagonismo, deseo fervientemente que no sea uno de los árbitros mexicanos convocados al próximo mundial del 2006 en Alemania.

Toluca no necesita la ayuda de nadie para ser campeón.