El conflicto en Oaxaca tiene varios padres: Vicente Fox, Ulises Ruiz, Carlos Abascal, Elba Esther Gordillo, Flavio Sosa, Enrique Rueda, entre otros. Todos contribuyeron a su desgracia, y hoy sus errores tienen que ser resueltos a garrotazos y a balazos.

Si a alguien ofendí, le pido una disculpa”, dijo el presidente Fox hace unos días, y se queda corto. Hoy debe pedirle perdón a un país entero, pero de forma particular a Oaxaca por haber ejercido un gobierno cobarde, mentiroso e ineficaz. Lo que al principio fue el “chacoteo de un ranchero” acabó en estúpida ineptitud que provocó una guerra civil entre oaxaqueños.

Le tembló la mano, lo arrinconaron los machetes de Atenco, lo doblaron los caciques como Ulises Ruiz, lo asustaron los violentos de la APPO, fue miedoso y no prudente, y hoy vemos las consecuencias. Su famosa frase: ¿y yo por qué? Cuando se robaron Canal 40 no fue graciosa, fue la autodefinición de su estilo de gobernar, dormirse a las ocho de la noche, no leer periódicos, no ver televisión, y compartir el poder con su esposa, la señora Martha, reflejan en el enorme vacío de poder de los últimos sexenios en México.

¿Que el gobernador Ruiz tiene gran culpa de lo sucedido por ser un déspota? Así es. ¿Que la Sección 22 del SNTE de una demanda salarial los llevó a un enfrentamiento armado? Así es. ¿Que la APPO es una “célula radical” del Ejército Popular Revolucionario con los que es imposible negociar y que entre sus desatinos pretenden declarar territorio autónomo al estado de Oaxaca? Así es.

Pero Vicente Fox es el presidente de la República y tiene facultades absolutas para poner orden, es el encargado de garantizar la seguridad de los mexicanos apoyado por la fuerza del Estado, y no cumplió, claudicó, dejando pasar casi cinco meses para por fin hacerlo.

A la hora de escribir estas líneas, las fuerzas federales ya resguardan el zócalo de Oaxaca, demasiado tarde, esto debió haber ocurrido hace mas de dos meses. Aunque se recupere la ciudad, el agravio presidencial contra los oaxaqueños quedará asentado en la historia como uno de los episodios más dolorosos. Ojalá que la entrada de la Policía Federal Preventiva no cause más muertes.

Nadie, pero menos un gobernante puede tener errores, no puede ser mentiroso y cínico, y es insultante que cuando los oaxaqueños vivían secuestrados y se mataban entre sí, el Presidente Fox dijera una histórica mentira como aquella; “que él solucionaría lo de Oaxaca como resolvió la presencia del Ejército Zapatista en Chiapas, o la rebelión en San Salvador Atenco”, cuando se opusieron a la construcción del nuevo aeropuerto capitalino.

Presidente Fox le recuerdo que en Chiapas, 38 municipios que son la tercera partes del estado son territorio zapatista cuya declaración de guerra se mantiene viva desde 1994. Su líder, el subcomandante Marcos viaja por donde se le da la gana sin que nadie lo moleste a pesar de que es responsable de muchas muertes e ilícitos, usted con el EZLN no ha firmado la paz, ¿cuál solución Presidente?. Le recuerdo que la cancelación del nuevo aeropuerto del Distrito Federal no sólo complicó los problemas aéreos del país, sino que incubó la insurrección permanente en Atenco y nos mostró a todos que tenemos un gobierno muy débil.

Mientras en Oaxaca asesinaban al camarografo estadounidense Bradley Will, al maestro Emilio Alonso y al colono Esteban Zurita, el presidente decía, “aunque a algunos les duela”, defendiendo a la pareja presidencial haciéndose el gracioso, cuando lo que necesitábamos en ese momento era a un jefe de Estado serio, decidido y valiente.

Ulises Ruiz pretende seguir gobernando despóticamente como acostumbra, el PRI su partido, debe obligarlo a pedir licencia. Flavio Sosa y Enrique Rueda, belicosos y corruptos lideres deben responder inmediatamente ante la ley por las muertes, los atentados contra las vías de comunicación, los secuestros, los robos y los delitos que aun se cometen en Oaxaca. Carlos Abascal, secretario de gobernación es un predicador y no un político, es un inútil que afortunadamente ya se va.

Y qué decir de Elba Esther Gordillo, su dictadura en el sindicato de maestros es una de las razones por la que se radicalizó el magisterio Oaxaqueño, ese es el fondo y la consecuencia, la maestra tiene hundida la educación nacional, nada bueno se puede esperar de ella, ojalá así lo entienda el Presidente electo Felipe Calderón.

Por el bien de México espero, que en las horas por venir, no se tiñan mas de rojo las calles de Oaxaca.


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