Las autoridades mexicanas ven como poca cosa el terrorismo que vive el mundo en las dos ultimas décadas, y mas desde septiembre de 2001.

Cuando hablan del tema lo haces con ligereza, con descuido y casi afirman que en México no hay ninguna posibilidad de que suceda, para ellos no hay razón que el terrorismo se fije en los mexicanos porque no participamos en las invasiones a Irak o Afganistán. A pesar de ello, México si esta contemplado dentro de las operaciones terroristas, y existe la posibilidad de que algunos terroristas ya estén agrupados aquí en células discretas, hasta hoy.

Las células las utilizan grupos terroristas o guerrilleros, manejan el principio básico de dividirse en pequeños grupos, la información se comparte y mentaliza. En una célula de cinco o seis personas sólo conocen a su jefe inmediato, quien da las instrucciones.

No conocen a nadie de más nivel, si caen presos no tienen información que les comprometa. El jefe, esta entrenado para soportar torturas e interrogatorios, sólo conoce a un jefe superior, si es detenido o si apresan a uno de sus subordinados, tienen tiempo para escapar.

Este tipo de organizaciones o servicios de inteligencia tienen lo que denominan "células durmientes", son cuadros entrenados y plantados en un país donde construyen una identidad, se adaptan a la sociedad y van haciendo su biografía. No se usan para acciones inmediatas, sino pasado el tiempo, y en momentos determinados, se les activa para actuar.

Las investigaciones de los atentados en Londres de la semana anterior, dicen que probablemente los responsables materiales de las cuatro bombas colocadas en el transporte público, sean células que llevaban tiempo de vivir en Inglaterra, con nacionalidad y pasaporte ingles. Las primeras investigaciones refuerzan la hipótesis que pese a llevar el sello de Al-Qaeda, no parece que hayan usado la alta tecnología que se uso en Madrid el año pasado.

En Madrid usaron explosivos de 11 kilos que detonaron a través de alarma de teléfonos celulares, mientras que en Londres se emplearon bombas de cinco kilos que detonaron con dispositivos de tiempo. De haber sido la carga más potente, con la cantidad de londinenses que viajaban en el transporte colectivo, el número de víctimas se hubiera quintuplicado.

El FBI y otras agencias de inteligencia norteamericanas creen que AlQaeda entrenó a cerca de 400 personas para fundar células en Paquistán y Cachemira, y piensan que deben estar en 40 países. Las "células durmientes" que más les preocupan pertenecen a la Yihad Islámica Egipcia, que aparentemente están en Arizona, California, Texas, Florida, Illinois, Nueva York y Virginia.

El que se tengan registradas células en tres de los cuatro estados fronterizos con México debería alertar a las autoridades federales y estatales mexicanas y no sólo reforzar la seguridad, sino desarrollar trabajo de inteligencia para saber cómo se están moviendo las comunidades musulmanas en México que han estado bajo sospecha hace años por su vinculación con los fundamentalistas en Estados Unidos.

Las autoridades mexicanas no están concientes de lo que significa formar parte del escenario terrorista, por ser vecino de Estados Unidos, y compartir una frontera tan grande e inhóspita. En abril de 2004 el servicio de noticias de inteligencia WorldNetDaily.com reportó que había células terroristas islámicas en el Distrito Federal, Tijuana y Guadalajara.

Los atentados en Londres llevaron, otra ves, a algunos sectores estadounidenses a pensar en la vecindad con México y los mil 100 ilegales que cruzan a su país todos los días. Podrían pensar que México es solo un canal de tránsito de terroristas, por lo cual no le dan mayor importancia. Lo que no miden es que la ciudad de México es tan indefendible como cualquier otra de su tamaño en el mundo. Desestabilizarla es muy sencillo, así lo demuestra las frecuentes manifestaciones por más pequeñas que sean.

¿Si los terroristas abandonan un camión de basura con su carga explosiva en el Periférico frente a Los Pinos (residencia presidencial) a las dos de la tarde? ¿Cómo evitar un atentado en el Metro? ¿En una embajada o consulado? ¿En una planta de energía eléctrica de la zona metropolitana?, las cuales no tienen seguridad.

En enero de 1994 el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) dejo a oscuras gran parte del sur de la capital cuando derrumbo una torre de electricidad con una cuerda jalada desde una camioneta. Si un grupo decide crear pánico en México, es muy sencillo, basta una célula de seis a nueve personas para hacerlo.

Ya es hora de pensar globalmente y crear escenarios sobre terrorismo. Debe hacerse trabajo serio y concreto coordinándose todas las autoridades mexicanas. Hay que definir una política contra el terrorismo, Integrar la fuerza de tareas para evaluaciones y recomendaciones a las autoridades federales.

Hay que eliminar el discurso político y frívolo, buscador de votos. De no hacerlo sucederá como con las “maras”, que en diciembre y enero no existían, según las autoridades, y hoy se han convertido en asunto de seguridad nacional, muchas de ellas, por cierto, vinculadas con el terrorismo internacional.




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